INIA Antares Trébol rojo
Ideal para acompañar pasturas de rotación corta
- 2-3 años
INIA Antares es cultivar sintético diploide, seleccionado en La Estanzuela a partir de los cultivares Estanzuela 116, Redman y Kenland siendo la tolerancia a Fusarium oxysporum (mediante inoculación artificial), persistencia a campo y producción de forraje y semilla los criterios de selección.
Su ciclo de crecimiento es más tardío que Estanzuela 116. Posee floración temprana a intermedia y porte semierecto, prácticamente sin latencia invernal. Tiene un desarrollo inicial muy vigoroso, lo que le permite lograr un rápido establecimiento. Antares presenta una mayor relación hoja/tallo en primavera y es más tolerante a oídio que Estanzuela 116.
Entre los cultivares sin reposo invernal, INIA Antares es un cultivar perenne de vida corta, que se destaca por su productividad en el segundo año. Se diferencia por su persistencia productiva que le permite mantener poblaciones adecuadas de plantas en el segundo año y lograr mayor producción de forraje total. Esta ventaja se debe al mejoramiento genético por tolerancia a podredumbre radicular, por lo que el proceso de podredumbre de la corona comienza más tarde y avanza más lentamente.
INIA Antares ha demostrado un alto potencial de producción total de forraje, con mayor producción a partir de la primavera temprana y durante el verano. Es ideal para la confección de reservas de heno por sus altas tasas de crecimiento en primavera.
Las comparaciones varietales realizadas hasta el presente han comprobado que este cultivar tiene una producción de semilla similar a Estanzuela 116 en el primer año. A medida que la población de plantas se va raleando, INIA Antares puede producir más semilla que los cultivares tradicionales, si no se producen déficit hídricos que limiten el crecimiento de primavera-verano.
Se adapta bien a suelos de texturas medias y pesadas con buena profundidad. Tiene una excelente implantación tanto en siembras puras como consociadas, en un rango de épocas muy amplio que comprende otoño, invierno y primavera, aunque se recomiendan siembras tempranas de otoño para obtener forraje desde el invierno. El porte y ciclo de crecimiento lo hacen compatible con gramíneas invernales de ciclo corto, como cebadilla. Es un cultivar adecuado para integrar praderas de rotación corta en sistemas lecheros y de invernada que buscan pasturas altamente productivas, siendo una opción productiva en suelos con drenaje restrictivo para el crecimiento de alfalfa. Antares es un cultivar recomendado como una mejor opción en chacras con historial reciente de praderas con leguminosas al tener mayor tolerancia a podredumbres radiculares que Estanzuela 116. Ha demostrado buena implantación tanto en siembras convencionales como directa y por su alta velocidad de implantación cubre el suelo, por lo que puede ser muy competitivo cuando se utilizan altas densidades de siembra. A pesar de que es una leguminosa que puede crecer todo el año y tiene raíz pivotante, tiene alta susceptibilidad al estrés hídrico, por lo que es superada por alfalfa en producción estival. Se adapta a diversos manejos de pastoreo, sin embargo el manejo tradicional en base a pastoreos rotativos en franjas es el que maximiza su producción ya que las defoliaciones intensas y frecuentes, propias del pastoreo continuo, reducen mucho su productividad. Además, los pastoreos rotativos permiten reducir los episodios de meteorismo. Las defoliaciones intensas en verano, durante períodos de déficit hídrico, pueden comprometer la persistencia de la especie en la pastura. Su rápida recuperación después del pastoreo la hacen una leguminosa indicada para sistemas intensivos.